Me invento juego extraños
de coincidencias imposibles.
Desafío a las máquinas,
pienso “si gano, sucederá esto”.
La partida es aleatoria
podría ser esa o la otra
pongo de mí todo el empeño, la cabeza
-
ahí me va el corazón también -
y los sueños, los deseos.
Para la fría combinación de posibilidades que se me plantean
no es más que eso
si es que hay algo o alguien detrás.
Tal vez esté jugando contra otro
-
el orden de las cosas puede ser extraño a veces
-
inventándose los mismos juegos
los mismos arreglos improbables
los mismos sueños los mismos deseos
tanto así que si estiro la mano
logre sentir el calor de otra mano tras el cristal
tras el plasma y los bites o bytes o megas que vuelan
o viajan el intercambio de múltiples combinaciones
del código binario y la electricidad los iones los polos
positivos negativos -
quien sabe -
¿no será de esto que hablamos todos
cuándo decimos “el amor”?
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